Fábulas

Una vez, una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga.
Esta huía rápido, con miedo de la feroz depredadora, y la serpiente no pensaba desistir.
Huyó un día, y la serpiente no desistía... Dos días y nada...
Ya en el tercer día, y sin fuerzas, la Luciérnaga paró y dijo a la serpiente:
-¿Puedo hacerte tres preguntas?
-No acostumbro dar éste último deseo a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar...
-¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
-No
-¿Yo te hice algún mal?
-No
-Entonces... ¿Por qué quieres acabar conmigo?
-Porque no soporto verte brillar...