La palabra es limitada y no puede nombrar lo innombrable.

Eduardo Galeano

"Quien no se hace el vivo va muerto. Estás obligado a ser jodedor o jodido, mentidor o mentido. Tiempo del qué me importa, el qué le vas a hacer, el no te metás, el sálvese quien pueda. Tiempo de los tramposos: la producción no rinde, la creación no sirve, el trabajo no vale. En el Río de la Plata, llamamos 'bobo' al corazón. Y no porque se enamora: lo llamamos 'bobo' por lo mucho que trabaja."

El hambre desayuna miedo. El miedo al silencio aturde las calles. El miedo amenaza: Si usted ama, tendrá sida. Si fuma, tendrá cáncer. Si respira, tendrá contaminación. Si bebe, tendrá accidentes. Si come, tendrá colesterol. Si habla, tendrá desempleo. Si camina, tendrá violencia. Si piensa, tendrá angustia. Si duda, tendrá locura. Si siente, tendrá soledad."

"Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen..."

"La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo."

"El amor es una enfermedad de las más jodidas y contagiosas. A los enfermos, cualquiera nos reconoce. Hondas ojeras delatan que jamás dormimos, despabilados noche tras noche por los abrazos, o por la ausencia de los abrazos, y padecemos fiebres devastadoras y sentimos una irresistible necesidad de decir estupideces."

AMOR Y LOCURA

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres. 
Cuando el Aburrimiento había bostezado por tercera vez, la Locura, como siempre tan ocurrente, les propuso: "¿ Vamos a jugar a las escondidas?". 

La Intriga levantó la ceja y la Curiosidad, ya sin poder contenerse, contestó: 
"¿A las escondidas? ¿Y como es eso?". 
"Es un juego", dijo la Locura. 
"Yo me tapo la cara y empiezo a contar desde uno hasta un millón mientras ustedes se esconden, y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre ocupara mi lugar para continuar el juego". 

El Entusiasmo bailó seguido por la Euforia. 
La Alegría dio tantos saltos que termino por convencer a la Duda, e incluso a la Apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar: 
la Verdad prefirió no esconderse ¿Para qué?, si al final siempre la descubrían, y la Soberbia opino que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no había sido de ella) y la Cobardía prefirió no arriesgarse... "Uno, dos, tres...", comenzó a contar la Locura. 

La primera en esconderse fue la Pereza, que como siempre se dejo caer Tras la primera piedra del camino. 
La Fe subió al cielo y la Envidia se escondió tras la sombra del Triunfo, que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol mas alto. 
La Generosidad casi no alcanzaba a esconderse. Cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos. Un lago cristalino", ideal para la Belleza. La rendija de un árbol?, perfecto para la Timidez. ¿El vuelo de una mariposa?, lo mejor para la Voluptuosidad. Una ráfaga de viento?,magnifico para la Libertad. Así termino por ocultarse en un rayito de sol. 

El Egoísmo, en cambio, encontró un lugar muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo... pero solo para él. La Mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en Realidad se escondió detrás del arco iris) y la Pasión y el Deseo en el centro de los volcanes. 

El Olvido... se me olvido donde se escondió, pero eso no es lo importante. 

Cuando la Locura contaba 999.999, el Amor aun no había encontrado Sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado... hasta que diviso el rosal y 
enternecido decidió esconderse entre sus flores. 

"Un millón", contó la Locura, y comenzó a buscar. 

La primera en aparecer fue la Pereza, solo a tres pasos de la piedra. 
Después se escucho a la Fe discutiendo con Dios en el cielo sobre Teología, y a la Pasión y al Deseo los sintió vibrar en los volcanes. En un descuido encontró a la Envidia, y claro, así pudo descubrir Donde estaba el Triunfo. 
Al Egoísmo no tuvo ni que buscarlo: el solito salió de su escondite, que resulto ser un nido de avispas. 
De tanto caminar sintió sed, y al acercarse al lago descubrió a la Belleza. 
Y con la Duda resulto más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una 
cerca sin decidir que lado esconderse. Así fue encontrando a todos. 
El Talento entre la hierba fresca. A la Angustia en una cueva oscura. 
A la Mentira detrás del arco iris (mentira, si, ella estaba en el Fondo del océano) y hasta el Olvido... que ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas. 

Solo el Amor no aparecía por ningún lado. 
La Locura busco detrás de cada árbol, bajo cada arroyuelo del planeta, en las cimas de las montañas, y cuando estaba por darse por vencida, vio las rosas. 
Con una horquilla empezó a mover las ramas, hasta que de pronto se Escucho un grito doloroso. Las espinas habían herido los ojos del Amor. 

La Locura no sabia que hacer para disculparse: lloro, imploro, rogó, pidió perdón y prometió ser para siempre su lazarillo. 
Desde entonces, desde la primera vez que se jugo a las escondidas en la Tierra, 
el Amor es ciego y la Locura siempre lo acompaña.