La nuez y el campanario

Un mini cuento que vale la pena ser leído.

Sucedió que la nuez era llevada por
una corneja a lo alto de un campanario. Dejola caer el pájaro en una
grieta del muro, y así la nuez se vio librada del mortal pico de la
corneja. Suplicó entonces al muro que la socorriera, por la gracia que
Dios le había concedido de ser tan eminente y ornado de bellas campanas de
tan venerable sonido; y que no la abandonase en la desdicha que le había
impedido caer bajo las verdes ramas de su viejo padre y sobre la blanda
tierra cubierta de hojas caídas, realizando así el voto que había hecho
mientras se hallaba en el fiero pico de la fiera corneja, de acabar su
vida, si escapaba de este peligro, en cualquier modesto rinconcito. Movido
a compasión, consintió el muro en hospedarla en el lugar donde ella había
caído. Al poco tiempo, empezó la nuez a abrirse y echar raíces por entre
las fisuras de las piedras y ramas fuera de su cueva, hasta que estas
ramas se elevaron por encima del edificio y aquellas raíces, cada vez más
gruesas y retorcidas, abrieron los antiguos muros y sacaron las piedras de
sus viejos sitios. Tarde y en vano deploró entonces el campanario la razón
de su desgracia, cuando vio en poco tiempo arruinados sus muros.