No hay pérdida que no implique una ganacia, un crecimiento personal, porque lo que sigue después de haber llorado cada pérdida, después de haber elaborado el duelo de cada ausencia, después de habernos animado a soltar, es el encuentro con uno mismo, enriquecido por aquello que hoy ya no tengo, pero que pasó por mi y también por la experiencia vivida en el proceso. Me dirás...es horrible pensar que la muerte de un ser querido significa una ganancia para mi, yo entiendo, podría dejar afuera la pérdida de un ser querido, podría ponerla en el casillero de las excepciones, pero no creo que lo sean. En tal caso, la muerte de un ser querido es un hecho inevitable en nuestras vidas, y el crecimiento que de ello deviene, también. Pero estamos entrenados a pensar que no debemos sufrir, Hemos sido educados por nustros amorosos padres poara convencernos que sufrir es algo dañoso, que sufrir nos puede destruir, que el dolor...que el dolor puede aniquilarnos.
Pero el dolor es tan saludable en nustras vidas como lo es la tristeza. El dolor es tan constructivo como puede ser cualquier alerta de que algo se ha desacomodado. Es importante no transformar el dolor en sufrimiento.
El dolor es el paso por un lugar no deseado, el sufrimiento es armar una carpa y quedarse a vivir en ese lugar indeseable. El duelo... el duelo es el pasaporte que nos saca del sufrimiento, y que permite que el dolor pase...
JORGE BUCAY